Benedetti insiste en erradicación manual de cultivos ilícitos: ¿La estrategia clave para evitar la descertificación de EE.UU.?

10.04.2025
Cortesía
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En un nuevo intento por defender la controvertida política del Gobierno frente a los cultivos ilícitos, el ministro del Interior, Armando Benedetti, reiteró este viernes que la erradicación manual seguirá siendo el pilar de la estrategia antinarcóticos, asegurando que con este método se alcanzarán las cifras necesarias para evitar la descertificación por parte de Estados Unidos.

Durante una tensa rueda de prensa, Benedetti descargó la responsabilidad sobre el Ministerio de Defensa, afirmando que es esta cartera —actualmente bajo el mando del ministro Iván Velásquez— la encargada de responder por los contratos y la ejecución de las operaciones en terreno. "Nosotros tenemos la política clara: erradicación manual. El cómo se implementa y con qué recursos, eso es competencia del Ministerio de Defensa", declaró el funcionario, evitando profundizar en los detalles operativos.

La sombra de la descertificación

El tema no es menor. Colombia enfrenta una presión constante por parte de Washington para demostrar resultados contundentes en la lucha contra los narcocultivos. La posible descertificación —que traería duras consecuencias económicas y diplomáticas— ronda como una espada de Damocles sobre el Gobierno, que hasta ahora no ha logrado frenar el crecimiento de las hectáreas sembradas con coca.

Benedetti, sin embargo, se mostró optimista: "Estamos trabajando sin descanso. La erradicación manual es más lenta, pero más efectiva a largo plazo. Confiamos en que cumpliremos las metas". Sin embargo, no presentó cifras concretas que respalden su afirmación, lo que ha generado escepticismo entre analistas y opositores.

¿Una estrategia bajo fuego?

Mientras el Gobierno insiste en que la erradicación manual reduce la violencia y evita daños ambientales, críticos señalan que el método es insuficiente frente al avance de los grupos armados que controlan estos cultivos. Además, el despliegue de erradicadores en zonas de alta peligrosidad ha dejado un saldo de varios muertos y heridos en los últimos meses, cuestionando aún más la viabilidad del plan.

Por ahora, el mensaje de Benedetti es claro: no habrá vuelta atrás en la política oficial. Pero con el reloj de la descertificación avanzando y las dudas sobre la eficacia de la erradicación manual, el Ejecutivo tendrá que demostrar —y pronto— que su estrategia no es solo un discurso, sino una solución real.