Crisis en el Cauca: disidentes de las Farc secuestran a 28 policías y soldados en El Plateado

En un acto que ha sido calificado como una grave afrenta a la seguridad nacional, disidentes de las Farc secuestraron a 28 miembros de la Fuerza Pública en el corregimiento de El Plateado, Cauca. El hecho, ocurrido en la tarde de ayer, ha dejado en evidencia la crítica situación de orden público que vive esta región del país, donde los grupos armados ilegales siguen ejerciendo control territorial y sembrando el terror entre la población civil.
Según informes preliminares, los uniformados fueron retenidos mientras realizaban labores de patrullaje en la zona. Los captores, pertenecientes a la estructura armada liderada por alias "Iván Mordisco", exigieron como condición para su liberación el cese de operaciones militares en la región. Hasta el momento, no se han reportado heridos, pero la incertidumbre sobre el destino de los secuestrados ha generado una ola de indignación en todo el país.
La población civil, en medio del fuego cruzado
El secuestro de los 28 uniformados no solo es un golpe a la Fuerza Pública, sino también una muestra de la instrumentalización que ejercen los grupos armados sobre la población civil. Los habitantes de El Plateado y zonas aledañas han denunciado que son utilizados como escudos humanos por los disidentes, quienes los obligan a colaborar bajo amenazas y les impiden abandonar sus territorios.
"Estamos atrapados. No podemos salir, no podemos trabajar, no podemos vivir en paz. Los armados nos usan para sus intereses, y el Estado parece no escucharnos", declaró un habitante de la zona, quien prefirió mantener su identidad en reserva por temor a represalias.
Llamado al Gobierno Nacional
Ante la gravedad de los hechos, diversos sectores políticos y sociales han exigido una respuesta contundente del Gobierno Nacional. "El Estado tiene el deber de proteger a los civiles, hacer respetar a la Fuerza Pública, judicializar a los responsables de actos violentos y ejercer control territorial en la zona y en todo el país", señaló un comunicado emitido por organizaciones defensoras de derechos humanos.
El llamado incluye la necesidad de desarticular a los grupos armados que operan en el Cauca, una región históricamente afectada por el conflicto armado y el narcotráfico. Además, se ha pedido al Gobierno que fortalezca su presencia institucional en la zona, no solo con operativos militares, sino también con programas sociales que permitan a las comunidades recuperar su autonomía y vivir en paz.
¿Qué sigue?
El secuestro de los 28 uniformados ha puesto en evidencia los desafíos que enfrenta el Gobierno del presidente Gustavo Petro en su búsqueda de una "paz total". Mientras el Ejército y la Policía Nacional evalúan las acciones para rescatar a los secuestrados, la pregunta que queda en el aire es si el Estado colombiano está en capacidad de recuperar el control territorial en zonas como el Cauca, donde los grupos armados ilegales siguen expandiendo su influencia.
Lo cierto es que, sin una estrategia integral que combine la fuerza militar con el desarrollo social, el clamor de los colombianos por recuperar el orden y la seguridad seguirá siendo una deuda pendiente.