Crisis en el ICBF: trabajadores de hogares infantiles en Medellín inician paro indefinido por incumplimientos salariales y precarias condiciones laborales

Una nueva tormenta se cierne sobre el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Los trabajadores de los hogares infantiles en Medellín iniciaron este martes un paro indefinido en protesta por las difíciles condiciones laborales que enfrentan, incluyendo demoras en el pago de sus salarios y la falta de garantías para desempeñar sus funciones. La medida, que ha dejado a cientos de niños sin atención, pone en evidencia una crisis que podría extenderse a otras regiones del país.
Los empleados, en su mayoría mujeres que se desempeñan como madres comunitarias, auxiliares y personal administrativo, denuncian que los incumplimientos en los pagos se han vuelto recurrentes, afectando su estabilidad económica y la de sus familias. "Llevamos meses soportando retrasos en nuestros salarios, y cuando nos pagan, lo hacen de manera incompleta. Esto es inaceptable", aseguró una de las trabajadoras durante una concentración frente a las instalaciones del ICBF en Medellín.
Además de los problemas salariales, los manifestantes han señalado que las condiciones en las que laboran son precarias. Falta de materiales pedagógicos, infraestructura en mal estado y sobrecarga laboral son solo algunos de los problemas que han llevado a los trabajadores a tomar esta drástica decisión. "No estamos pidiendo lujos, solo lo básico para poder hacer nuestro trabajo de manera digna y ofrecer un servicio de calidad a los niños", agregó otra de las manifestantes.
El paro, que ha sido respaldado por sindicatos y organizaciones defensoras de los derechos laborales, ha generado preocupación entre las familias que dependen de estos hogares infantiles para el cuidado de sus hijos. "Esto no solo afecta a los trabajadores, sino también a los niños y a sus padres, muchos de los cuales no tienen otra opción para dejar a sus hijos mientras trabajan", explicó un representante de la Asociación de Padres de Familia de Medellín.
Ante la creciente presión, el ICBF ha emitido un comunicado en el que asegura estar trabajando para resolver la situación. "Reconocemos las dificultades que enfrentan nuestros colaboradores y estamos comprometidos a encontrar una solución pronta y efectiva", señaló un vocero de la entidad. Sin embargo, los trabajadores han sido claros en que no levantarán el paro hasta que se cumplan sus demandas de manera integral.
La crisis en Medellín no es un caso aislado. En los últimos meses, se han reportado situaciones similares en otras regiones del país, lo que ha llevado a cuestionar la gestión del ICBF y su capacidad para garantizar el bienestar tanto de los trabajadores como de los niños que atienden. "Esto es un reflejo de la desatención histórica que ha sufrido el sector de la primera infancia en Colombia. Urge una reforma estructural que priorice la dignidad de los trabajadores y la calidad del servicio", afirmó un analista en políticas sociales.
Mientras tanto, el paro sigue en pie y la incertidumbre crece. Las calles de Medellín se han llenado de consignas y pancartas que exigen justicia laboral, mientras las autoridades locales y nacionales buscan una salida a un conflicto que, de no resolverse pronto, podría tener repercusiones graves para miles de familias en todo el país.
Lo que está claro es que esta situación no solo pone en evidencia las fallas en la administración del ICBF, sino que también plantea una pregunta incómoda: ¿cómo garantizar el cuidado de la primera infancia en un país donde quienes se encargan de ello no reciben ni siquiera un salario digno y oportuno?