El Consejo Gremial Nacional en alerta: exige respuestas inmediatas ante el creciente flagelo de la violencia en Colombia

La creciente ola de violencia que azota distintas regiones del país ha llevado al Consejo Gremial Nacional (CGN) a hacer un contundente llamado de atención al gobierno nacional, exigiendo respuestas urgentes frente a la situación de inseguridad que amenaza con desbordar el panorama social y económico de Colombia.
En un comunicado que ha generado gran revuelo en el sector político y empresarial, el CGN expresó su creciente preocupación por las recientes acciones del Ejército de Liberación Nacional (ELN), especialmente en zonas del Catatumbo, Chocó y Cúcuta. Estos territorios, ya vulnerables por la violencia estructural y el narcotráfico, han sido escenario de ataques indiscriminados que, según el gremio, han puesto en riesgo no solo la vida de los ciudadanos, sino también la estabilidad económica de las empresas que operan en dichos lugares.
"El aumento de la violencia en regiones claves del país es insostenible. Las empresas están siendo asediadas por grupos armados ilegales, quienes no solo interrumpen el normal desarrollo de las actividades productivas, sino que también afectan la confianza de los inversionistas y la creación de empleo. La situación en Catatumbo, Chocó y Cúcuta ha alcanzado niveles de desesperación, y el Gobierno no puede seguir ignorando este problema", señaló la organización, en un tono que deja claro el nivel de alarma ante los hechos recientes.
El CGN ha sido enfático en señalar que, ante la creciente violencia del ELN y otros actores armados ilegales, es imperativo que el Gobierno de Gustavo Petro implemente medidas contundentes para restablecer el orden en estas regiones. En particular, los empresarios piden que se refuercen las estrategias de seguridad, que se aumenten los operativos militares y que se garantice la protección efectiva de las infraestructuras críticas y los empleados en estos territorios.
Asimismo, el gremio destacó que la falta de respuesta efectiva podría tener consecuencias catastróficas para la economía nacional, que ya atraviesa un momento de incertidumbre. La situación también pone en tela de juicio la eficacia del proceso de paz y las políticas de seguridad del actual gobierno, que han sido objeto de debate desde su inicio.
¿Desafío al Gobierno?
En el marco de este creciente desafío, diversos analistas políticos sugieren que el Consejo Gremial Nacional podría estar lanzando una advertencia al Gobierno, pidiendo no solo un cambio en las estrategias de seguridad, sino también un enfoque más pragmático y menos ideológico en el tratamiento de los grupos armados ilegales. La presión sobre Petro es ahora más fuerte que nunca, pues se ha hecho evidente que, más allá de las buenas intenciones, la implementación de acuerdos de paz y la promesa de una "paz total" han topado con la dura realidad de los grupos armados que siguen actuando con total impunidad.
Reacciones en el Congreso
En el Congreso de la República, la noticia no pasó desapercibida. Algunos sectores de la oposición han respaldado el llamado del CGN, subrayando la necesidad de cambiar la estrategia de diálogo con los grupos armados, mientras que desde el oficialismo se defienden los avances en el proceso de paz, aunque reconocen que la situación en algunas zonas del país es preocupante.
Sin embargo, la crítica de la sociedad civil y de los gremios económicos hacia la administración Petro se intensifica. El temor de un debilitamiento de la capacidad del Estado para enfrentar a los actores ilegales se extiende, alimentando un clima de incertidumbre que amenaza con socavar las bases de la economía colombiana.
El futuro del país en juego
El CGN no solo ha puesto en evidencia el desbordamiento de la violencia en varias regiones clave, sino que también ha advertido sobre el riesgo de un colapso institucional si el Gobierno no toma cartas en el asunto. Con una economía que ya lidia con una creciente inflación y una carga tributaria cada vez más elevada, los empresarios insisten en que la seguridad es el primer requisito para cualquier tipo de inversión o desarrollo económico.
El llamado al Gobierno es claro: se requieren acciones inmediatas, con resultados palpables, para garantizar la seguridad en el país. Sin medidas concretas, el sector empresarial y la sociedad colombiana corren el riesgo de ser víctimas de una espiral de violencia que podría tener repercusiones devastadoras para el futuro del país.
Colombia se encuentra, una vez más, ante una encrucijada. El tiempo de los discursos ha pasado. La nación exige respuestas, y ahora, más que nunca, el país necesita saber si el Gobierno podrá brindar las soluciones que el pueblo y los empresarios esperan para evitar que la violencia siga ganando terreno.