Galán anuncia posible levantamiento del racionamiento en Bogotá: "en 20 días podríamos volver a la normalidad"

n un anuncio que podría cambiar el panorama para millones de bogotanos, el alcalde Carlos Fernando Galán reveló este martes que el estricto racionamiento de agua que afecta a la capital podría levantarse en aproximadamente 20 días, siempre y cuando la temporada de lluvias mantenga su intensidad actual.
La declaración, hecha durante su intervención en la Cumbre de Capitales que se celebra en Bogotá, generó inmediatas reacciones entre los asistentes. Galán fue enfático al señalar que "no es una promesa, sino una proyección técnica", basada en los últimos reportes de los embalses que abastecen a la ciudad.
¿Por qué podría terminar el racionamiento?
Según datos de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), los principales embalses del sistema han comenzado a mostrar una leve pero constante recuperación gracias a las precipitaciones de los últimos días.
Embalse de Chingaza: Pasó de un crítico 15,3% de su capacidad a un 17,8% en la última semana.
Sistema Tunjuelo: Registra un incremento del 2,1% en su nivel.
"Si las lluvias continúan así, en unas tres semanas podríamos salir de la zona de peligro y suspender las restricciones", explicó el alcalde, aunque advirtió: "Esto depende enteramente del clima. No podemos bajar la guardia".
Reacciones: ¿Optimismo con cautela?
Mientras algunos ciudadanos celebraron la noticia, expertos en recursos hídricos llamaron a no cantar victoria. Manuel Rodríguez Becerra, exministro de Ambiente, recordó que "Colombia sigue en temporada de El Niño" y que un par de semanas de lluvias no solucionan la crisis.
Por su parte, la Asociación Colombiana de Ingenieros Sanitarios pidió "no relajar las medidas de ahorro", incluso si se levanta el racionamiento, pues la sequía dejó en evidencia la vulnerabilidad del sistema de abastecimiento.
¿Qué sigue?
El anuncio de Galán abre una luz de esperanza, pero la sombra de la incertidumbre climática persiste. Mientras tanto, el plan de rotación por zonas continuará aplicándose, y las multas por desperdicio de agua siguen vigentes.
La gran pregunta es: ¿Las lluvias serán suficientes para evitar un nuevo racionamiento más adelante, o Bogotá solo está ganando un respiro temporal?