Gobierno Nacional vs. Galán: polémica resolución sobre humedales enciende la chispa del conflicto en Bogotá

05.03.2025
Cortesía
Cortesía

En un giro que ha encendido las alarmas en la esfera política y ambiental del país, el Gobierno Nacional ha presentado un proyecto de resolución que busca declarar como humedales y áreas de especial importancia ambiental varias zonas estratégicas de Bogotá. Sin embargo, la iniciativa ha sido recibida con fuertes críticas por parte del alcalde de la capital, Carlos Fernando Galán, quien ha calificado la medida como un "nuevo ataque a la autonomía local" y ha exigido su inmediata retirada.

En un contundente comunicado, el mandatario distrital aseguró que el proyecto se ha elaborado sin la debida coordinación con las autoridades locales y sin un proceso de participación ciudadana adecuado. "La ley no es una opción. La Constitución no es una opción. Este tipo de decisiones no pueden tomarse de espaldas a quienes habitan y conocen el territorio", afirmó Galán, quien además recordó que la gestión y protección de los recursos ambientales en Bogotá ha sido una prioridad de su administración.

¿Protección ambiental o imposición centralista?

El proyecto de resolución, que aún no ha sido publicado en detalle, busca ampliar la protección de áreas consideradas clave para la conservación de la biodiversidad en la capital. Sin embargo, según fuentes cercanas a la Alcaldía de Bogotá, la medida podría afectar el desarrollo de proyectos urbanísticos y de infraestructura que ya cuentan con estudios técnicos y aprobaciones locales.

"El Gobierno Nacional no puede pretender imponer una visión unilateral sobre un territorio que ya tiene sus propias dinámicas y planes de ordenamiento", señaló un alto funcionario de la administración distrital, quien pidió reserva de su identidad. "Esto no solo desconoce la autonomía de las regiones, sino que también ignora el trabajo que hemos venido realizando en materia ambiental".

Por su parte, desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible se ha defendido la iniciativa, argumentando que la protección de los humedales es una "prioridad nacional" y que su conservación es fundamental para enfrentar el cambio climático y garantizar el suministro de agua en el futuro. Sin embargo, no se ha brindado una explicación clara sobre por qué no se consultó previamente a las autoridades locales ni se abrió un espacio de diálogo con la ciudadanía.

Reacciones en cadena: ¿Un nuevo frente de tensión?

La polémica no ha tardado en generar reacciones en el ámbito político. Varios congresistas de oposición han respaldado la postura del alcalde Galán, calificando la resolución como un "acto de centralismo disfrazado de ambientalismo". "El Gobierno Nacional no puede seguir tomando decisiones a espaldas de las regiones. Esto no es protección ambiental, esto es autoritarismo", afirmó la senadora del Partido Liberal, quien también criticó la falta de transparencia en el proceso.

Por otro lado, algunos sectores ambientalistas han celebrado la iniciativa, aunque con reservas. "Es positivo que se busque proteger estas áreas, pero es fundamental que se haga de manera concertada y no impuesta. La participación ciudadana es clave en este tipo de decisiones", señaló un representante de una ONG ambiental, quien pidió no ser identificado.

¿Qué sigue en este pulso entre el Gobierno y Bogotá?

Mientras el proyecto de resolución sigue su curso, el alcalde Galán ha anunciado que recurrirá a todas las instancias legales y constitucionales para defender la autonomía de Bogotá. "No vamos a permitir que se desconozca el trabajo de años y la voz de los ciudadanos. Estamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias", advirtió.

Por ahora, el pulso entre el Gobierno Nacional y la Alcaldía de Bogotá parece estar lejos de resolverse. Lo que está en juego no es solo la protección de los humedales, sino el equilibrio entre el poder central y las regiones en un país históricamente marcado por tensiones entre ambos.

Mientras tanto, los bogotanos y los colombianos en general esperan respuestas claras: ¿Es esta una medida necesaria para proteger el medio ambiente o un nuevo capítulo en la disputa por el control territorial? La respuesta, como siempre, parece estar en manos de la política.