Pacientes denuncian crisis del sistema de salud y acusan a Gobierno Petro de "indolencia"

12.03.2025
Cortesía
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Con pancartas, consignas y testimonios desgarradores, cientos de pacientes y representantes de organizaciones de la sociedad civil se congregaron este jueves en la Plaza de Bolívar para exigir soluciones urgentes a la crítica situación que atraviesa el sistema de salud en Colombia. Bajo la consigna "Salud digna ya", los manifestantes, muchos de ellos en sillas de ruedas o con tratamientos médicos interrumpidos, denunciaron la falta de medicamentos, la demora en citas especializadas y la indiferencia del Gobierno frente a sus necesidades.

El plantón, convocado por la organización Pacientes Colombia, ha puesto en evidencia una de las crisis más sensibles del país, en un momento en el que el Gobierno del presidente Gustavo Petro enfrenta crecientes críticas por su manejo del sector salud. "Hoy somos víctimas de la indolencia de la política en salud del presidente Petro. No podemos seguir esperando mientras nuestras vidas están en riesgo", afirmó Denis Silva, vocero de Pacientes Colombia, en un discurso cargado de emotividad y reclamos.

Testimonios que estremecen
Entre los asistentes al plantón se escucharon historias que reflejan la magnitud de la crisis. María Fernanda Gómez, madre de un niño con cáncer, relató cómo ha tenido que recurrir a tutelas para garantizar el tratamiento de su hijo. "Cada día es una batalla. No es posible que tengamos que llegar a los tribunales para que nos den lo que por derecho nos corresponde", dijo con lágrimas en los ojos.

Otros manifestantes denunciaron la falta de insumos médicos en hospitales públicos, la saturación de los servicios de urgencias y la desatención de pacientes crónicos. "El sistema está colapsado, y el Gobierno parece no darse cuenta. Nos sentimos abandonados", expresó Carlos Andrés Ramírez, un paciente con diabetes que asegura llevar meses esperando una cita con un endocrinólogo.

La respuesta del Gobierno
Hasta el momento, el Ministerio de Salud no se ha pronunciado oficialmente sobre el plantón, aunque fuentes cercanas al despacho indicaron que se está trabajando en un plan de choque para atender las principales problemáticas del sector. Sin embargo, los manifestantes aseguran que las promesas no son suficientes.

"Necesitamos acciones concretas, no más discursos. El Gobierno debe entender que la salud es un derecho, no un privilegio", insistió Denis Silva, quien además exigió una reunión urgente con el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, para presentarle un pliego de peticiones que incluye, entre otros puntos, la garantía de acceso a medicamentos, la reducción de tiempos de espera y la mejora en la infraestructura hospitalaria.

Un sistema en crisis
La protesta llega en un momento en el que el sistema de salud colombiano enfrenta desafíos históricos. Según un reciente informe de la Defensoría del Pueblo, más de 2.000 tutelas relacionadas con el derecho a la salud se presentan cada mes en el país, lo que evidencia las fallas estructurales del sistema. Además, la Federación Médica Colombiana ha advertido sobre el riesgo de colapso en varias regiones debido a la falta de personal médico y la insuficiente financiación.

Mientras tanto, el Gobierno insiste en que su reforma a la salud, actualmente en discusión en el Congreso, es la solución a los problemas del sector. Sin embargo, para los pacientes que hoy marchan en la Plaza de Bolívar, las respuestas no pueden esperar. "No tenemos tiempo. Cada día que pasa sin soluciones es un día más de sufrimiento", concluyó Silva.

¿Qué sigue?
El plantón en la Plaza de Bolívar ha puesto sobre la mesa un debate urgente y necesario. Mientras los pacientes exigen acciones inmediatas, el Gobierno enfrenta el desafío de demostrar que su política en salud está a la altura de las expectativas de un país que clama por un sistema digno, eficiente y humano.

Lo que está claro es que, en medio de la desesperación y la indignación, las voces de los pacientes han resonado con fuerza en el corazón de Bogotá, recordándole al país que la salud no puede seguir siendo una promesa incumplida.