Polémica declaración de Petro: presidente sugiere que demanda de gas debe "decrecer" pese a alertas por desabastecimiento

14.03.2025
Cortesía
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El presidente Gustavo Petro encendió este miércoles un intenso debate al afirmar que la demanda de gas en Colombia debe "decrecer", una declaración que llega en medio de alertas por posibles desabastecimientos y que ha generado reacciones encontradas entre expertos, gremios y ciudadanos. Las palabras del mandatario, pronunciadas durante un foro sobre transición energética, han puesto en evidencia las tensiones entre la política ambiental del Gobierno y las necesidades inmediatas de la población.

"El gas es un combustible fósil, y aunque es menos contaminante que otros, sigue siendo parte del problema. Debemos avanzar hacia una matriz energética más limpia, y eso implica reducir su consumo", aseguró Petro, quien defendió su postura como parte de una estrategia global para combatir el cambio climático. Sin embargo, sus declaraciones han sido cuestionadas en un contexto donde Colombia enfrenta desafíos críticos en su capacidad de abastecimiento de gas natural.

Según expertos en el sector energético, el país podría enfrentar un déficit de gas en los próximos años debido al agotamiento de los yacimientos actuales y a la falta de nuevos descubrimientos. "Hablar de reducir la demanda en este momento es, cuando menos, preocupante. Primero debemos garantizar la seguridad energética del país antes de pensar en transiciones aceleradas", señaló un analista del sector.

La polémica se intensifica al considerar que el gas natural es un insumo esencial para millones de hogares colombianos, así como para industrias y servicios públicos. "No podemos pretender que la gente deje de usar gas sin ofrecer alternativas viables y accesibles. Esto no es realista y podría generar más problemas de los que resuelve", afirmó un representante de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas).

Por su parte, el Gobierno ha insistido en que su objetivo no es dejar a los colombianos sin gas, sino impulsar una transición ordenada hacia energías renovables. "No se trata de eliminar el gas de la noche a la mañana, sino de planificar un futuro sostenible. Sin embargo, es crucial que estas discusiones se den con claridad y sin alarmismos", explicó un alto funcionario del Ministerio de Minas y Energía.

No obstante, las palabras de Petro han sido interpretadas por muchos como una señal de desconexión con la realidad inmediata del país. "Mientras el presidente habla de decrecer el consumo, las familias colombianas están preocupadas por cómo van a cocinar o calentar el agua en los próximos meses. Esto no es un tema abstracto, es una necesidad básica", señaló un líder comunitario.

La discusión también ha llegado al Congreso, donde varios legisladores han pedido explicaciones claras sobre la estrategia del Gobierno para garantizar el abastecimiento de gas en el corto y mediano plazo. "No podemos permitir que una transición energética mal planificada termine afectando a los más vulnerables. El Gobierno debe ser transparente y responsable en este tema", afirmó un congresista de la oposición.

Mientras tanto, la ciudadanía sigue atenta a un debate que, más allá de las posiciones ideológicas, tiene implicaciones concretas en su vida diaria. Lo que está claro es que, en medio de la urgencia por combatir el cambio climático, Colombia no puede darse el lujo de descuidar su seguridad energética.