Polémica: Canciller Laura Sarabia propone excluir la hoja de coca de la lista de sustancias dañinas en la ONU

10.03.2025
Cortesía
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En una movida que ha desatado un intenso debate tanto en Colombia como en el escenario internacional, la canciller Laura Sarabia planteó ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Viena la posibilidad de excluir la hoja de coca de la lista de sustancias dañinas y controladas. La propuesta, presentada durante la 66ª sesión de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, ha generado reacciones encontradas, dividiendo opiniones entre quienes la ven como un avance hacia el reconocimiento cultural y medicinal de la planta, y quienes la consideran un riesgo para la lucha contra el narcotráfico.

El planteamiento de la canciller

Durante su intervención, Sarabia argumentó que la hoja de coca, utilizada ancestralmente por comunidades indígenas en los Andes, no debería ser tratada como una sustancia nociva. "La hoja de coca es parte de nuestra identidad cultural y tiene usos medicinales, nutricionales y rituales que han sido reconocidos por siglos. Su inclusión en la lista de sustancias controladas es un error histórico que debe ser revisado", afirmó la canciller.

Colombia, junto a Bolivia y Perú, países donde el consumo tradicional de la hoja de coca es legal, ha liderado esfuerzos para que la ONU reevalúe su clasificación. Sin embargo, esta es la primera vez que el gobierno colombiano presenta una propuesta formal en un escenario de tal magnitud, lo que ha puesto el tema en el centro de la agenda global.

Reacciones divididas

La propuesta de Sarabia no ha pasado desapercibida. En Colombia, sectores políticos y sociales han expresado posturas encontradas. Organizaciones indígenas y defensores de los derechos culturales han celebrado la iniciativa, argumentando que es un paso necesario para reivindicar las tradiciones ancestrales y desestigmatizar a las comunidades que usan la hoja de coca de manera lícita.

"No se puede seguir satanizando una planta que para nosotros es sagrada y que forma parte de nuestra medicina y nuestra espiritualidad", declaró un líder indígena del Cauca en diálogo con este medio.

Por otro lado, críticos de la propuesta, incluidos algunos sectores de la oposición política y expertos en seguridad, han manifestado su preocupación. Temen que la desclasificación de la hoja de coca pueda ser aprovechada por grupos narcotraficantes para lavar la imagen de la cocaína y dificultar los esfuerzos internacionales contra el tráfico de drogas.

"Este es un tema delicado que no se puede abordar de manera ligera. La hoja de coca es el insumo básico para la producción de cocaína, y cualquier cambio en su estatus legal debe ser analizado con extremo cuidado", advirtió un analista en seguridad consultado por este medio.

El debate internacional

A nivel internacional, la propuesta también ha generado reacciones mixtas. Países como Estados Unidos y algunos miembros de la Unión Europea han mostrado escepticismo, argumentando que cualquier cambio en la clasificación de la hoja de coca podría debilitar los acuerdos globales contra las drogas. Por su parte, naciones como Bolivia han respaldado la iniciativa colombiana, recordando que en su territorio el masticado de coca (conocido como "acullicu") es legal y está protegido por la Constitución.

¿Qué sigue?

La propuesta de la canciller Sarabia será analizada en los próximos meses por los comités técnicos de la ONU, donde se evaluarán sus implicaciones legales, sociales y de salud pública. Mientras tanto, el debate en Colombia promete intensificarse, especialmente en un año electoral en el que temas como la política antidrogas y los derechos indígenas están en la agenda pública.

Lo que está claro es que esta iniciativa ha puesto a Colombia en el centro de un debate global sobre cómo equilibrar la lucha contra el narcotráfico con el respeto a las tradiciones culturales y los derechos de las comunidades indígenas. Un tema complejo que, sin duda, seguirá dando de qué hablar.